sábado, 31 de diciembre de 2011

Deseos de fin de año para ustedes, los otros...

Todos estamos en el mundo sin un manual de instrucciones y vamos aprendiendo a caminar conforme caminamos. Por eso vamos construyendo nuestra realidad con nuestro propio relato, pero a menudo lo hacemos influidos, sabiéndolo o no, con los relatos de los otros, cercanos o lejanos, que nos rodean. Es imposible vivir solo. Es imposible tener una realidad  que no se toque y conecte con la realidad de los otros.
 A todos  los otros que están más o menos cerca, a los que estuvieron cerca, a los que ahora están lejos, les deseo que a  este nuevo año  lo emprendan ligeros de equipaje: si podemos, despidamos el viejo año, que habrá sido hermoso y penoso, como suele pasar en toda nuestra vida plenamente vivida, de manera de no acarrear viejas ideas que nos hacen mal, viejos pensamientos que nos pesen en nuestra mochila, viejos resentimientos que no hemos resuelto,  para que podamos llevar en ella todo lo precioso que seguramente nos ofrecerá el nuevo: lo verdaderamente importante:
  • La curiosidad que nos permite seguir aprendiendo.
  • La humildad que nos permite seguir aprendiendo.
  • La disposición para poder cambiar de opinión si fuera necesario.
  • La comprensión para no juzgar a nadie.
  • El respeto responsable para permitir que otros opinen diferente y vivan diferente.
  • La disponibilidad para poder ayudar a quien nos solicite ayuda.
  • El amor siempre en crecimiento y siempre disponible.
  • La creatividad para que convirtamos la vida de todos los días en una aventura increíble.
  • El trabajo sostenido, como única manera de lograr lo que nos proponemos.
Con todo mi cariño:
Cristina Vispo.

1 comentario:

  1. Me parecen acertadísimos los comentarios de Cecilia a l nota sobre el arte y su enseñanza y comercialización. Es una característica de los estadounidenses, profesionales y no, de ver y considerar el mundo en todos sus aspectos a través de su óptica totalmente materialista y mercantilista. En América Latina la realidad es muy diferente, en primer lugar porque en estos países existe un espíritu y una profundidad en la visión de la realidad, de los que se carece en Estados Unidos. la filosofía estadounidense es netamente práctica y utilitarista, en todos sus aspectos y en todos los aspectos de la existencia. No es ése el espíritu de América latina, en donde priman otros valores, en donde la vida es mucho más dura y más hermosa, y en donde un docente de arte no piensa solamente en cuántos alumnos tendrán que pagar la carrera para que él se pueda jubilar cómodamente. Los que enseñanmos arte lo hacemos sobre dos cauces: pra educar educadores y para alentar artistas. La gran mayoría de nuestros alumnos enseñarán a su vez, y una parte más pequeña pero no menos importante, serán creadores de obras de arte. Pero no pensamos en si van a poder exponer en las galerías o en cuánto van a vender sus obras, sino en si se van a realizar y en si van a alcanzar la verdadera creación. Los docentes, gracias a nuestros sistemas de educación gratuita, siempre tendrán trabajo, aunque los sueldos sean magros y haya que trabajar el doble o el triplede lo que un docvente trabajaría en Estados Unidos o en Europa. Los artistas, las más de las veces deberán trabajar también de docentes, y en el resto del tiempo, crear arte. Pero los estadounidenses ignoran que si bien el arte se puede comercializar, ésa no es su finalidad primordial. El arte es otra cosa, y por fortuna para nosotros latinoamericanos, en nuestro continente abundan el arte y los creadores, que permanentemente están dando muestra de su talento hasta en nuestras calles. Muchas veces no son salidos de universidades carísimas, y apenas han podido hacer un terciario o a veces menos de eso, sin embargo la fuerza, la potencia, la profundidad y la entereza latinoamericanas cumplen en estos artistas las veces de empuje y aliciente, de inspiración y rebeldía necesarios para plasmar sus obras. Latinoamérica tiene cosas que el consumismo desenfrenado y la costumbre de explotar y sentirse superiores a los demás ha destruído en Estados Unidos y en europa, y es la conciencia y la costumbre del sufrimiento, y como consecuencia de ellas, la creatividad sin condicionamientos.

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